lunes, 29 de junio de 2009

Tono


Según Rafael Lapesa: “mientras el estilo comprende la totalidad del elemento personal infundido en la obra literaria, el “tono” es resultado de la postura espiritual que el autor adopta frente al asunto; así puede hablarse de tono solemne, majestuoso, patético, grave, familiar, festivo, burlesco, e6tcétera. Es de capital importancia la adecuación del tono a la índole de la obra: el tono solemne aplicado a un asunto insignificante, es ridículo y solo está justificado en el humorismo; en cualquier obra literaria de tipo idealizador resulta chabacano el descenso o la familiaridad trivial; en cambio, el diálogo de una novela realista o de una comedia burguesa necesita la viva espontaneidad del habla cotidiana para no incurrir en falsa afectación”.
Hay otra explicación de Ricardo Gullón, amplía el concepto con mayores detalles: “la palabra tono, en poesía como en música, tiene una doble acepción: en primer término se refiere a la calidad del sonido y oscila entre lo apenas audible y lo estridente (metafóricamente se utiliza en pintura para señalar las variaciones –ascensos y descensos- en la intensidad y el vigor del color); en segundo lugar, se refiere a cierta modulación en las palabras que afecta a su significado e influye en la impresión que producen sobre quien las escucha o las lee. El tono revela el estado de ánimo y sobre ser uno de los signos mediante los cuales es posible determinar con más exactitud el talante del autor y la intención con que escribe, acusa sus variaciones con tanta mayor precisión cuánto sea más flexible la escala de sus cambios.
Y el tono no es tan solo el producto de la amalgama, en cada momento, de talante y estado de ánimo, de lo predominantemente temperamental y de lo circunstancial de la situación. Cada época tiene su signo, su tendencia peculiar, y esa tendencia se refleja en el tono. En el caso, por ejemplo, del poeta Antonio Machado, la presión de la época modernista le incitó a tratar temas cuya elección implicaba ya la adopción de imágenes y técnicas que en aquel momento parecían ya insustituibles… El tema del “Parque viejo”, tan frecuente en “Soledades”, impone el tono nostálgico (el ritmo lento) con que le hallamos en las páginas de esa obra, como paralelamente podemos verlo en “Jardines lejanos”, de Juan Ramón Jiménez, y en otros textos de esa época.

1 comentario:

  1. Leo
    esta muy chevere tu blog...

    ahi te dejo para que lo cheques:

    www.tumentepoderosa.blogspot.com

    fer

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