lunes, 29 de junio de 2009

Ritmo

Todo estilo debe tener su ritmo propio, condicionado a la combinación de los términos y la estructura sintáctica.
Atentan contra el ritmo la asonancia y la consonancia.
Por asonancia entendemos la tendencia que existe en algunas personas a medir los párrafos en prosa como si se tratara de una poesía; ejemplo: “una mancha de sangre, irreverente; ha cubierto las baldosas del templo. Una mancha en la honra del pecado, del sublime pecado de los sexos; de los infieles amantes de madera, que gemían protegidos por las sombras, de los árboles tristes que crecían junto a las bancas del parque viejo”.
Por lo que respecta a consonancia, este vicio es la tendencia a rimar los párrafos en prosa, igual que si se tratara de una poesía. Ejemplo: “si alguna vez te toca caminar, por sus calles mal formadas; tendrás muchas cosas que pensar, cuando te empiecen a llover pedradas…”

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