lunes, 29 de junio de 2009

Estilo directo en tercera persona


“La muchacha está ahí, como caña escapada del cañaveral. Inclinada sobre el pozo, al sacar el agua, el escote anticipa la profunda inclinación de cada pecho. Los ojos quemantes de don Rafa advierten lo demás. Cóleras y resentimiento de plomo líquido funden su oído. Todo el rencor concentrado de un instinto en ignición al que se le opone algo.
Don Rafa se decide.
-A ver, Pancho, ¡Qué me busquen al Cacarizo! Lo necesito aquí, prontito…” (Edmundo Valadés, “Al jalar del gatillo”).

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