lunes, 29 de junio de 2009

Armonía

Por tal se entiende la grata sonaridad de las frases, por su combinación, distribución, pausas y acentos. Uno de los mayores problemas de la armonía lo constituye el “hiato”, que es la concurrencia de vocales seguidas en una misma frase, por ejemplo “va a bajar ahora”. La reiterativa presencia de la vocal “a” afecta la pronunciación de esta frase, rompiendo la armonía. Otro problema frecuente es la “cacofonía” que es el empleo repetido de consonantes o de sílabas; ejemplo: “para parecer paralítico, pasaba una muleta bajo su hombro”. En este caso el empleo cuadruplicado de la sílaba “pa” resulta inarmónico.
Debe señalarse, sin embargo, que la mayor parte de los casos, en que es afectada la armonía es cuando empleamos en un mismo período, palabras con la misma terminación. Ejemplo: “Armonía, fantasía, alegría, mía, día, diafanía, andaría, habría, asistía, vengaría, vendría, variaría, vociferaría, conducía, servía, estimaría, dormiría, etcétera”.
Es un error contra la armonía abusar del “que” que muchas veces es perfectamente sustituible por el cual y por el cuyo. Asimismo el abuso del vocablo “porque”; o el empleo excesivo de gerundios o de adverbios terminados en “mente”, máxime si se utilizan en el mismo párrafo.
Otra regla que debe cuidarse es: dar prioridad al complemento más corto, pues no debe terminarse una frase con la expresión más corta.

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