lunes, 29 de junio de 2009

Otros elementos de la técnica narrativa

1) Técnica lineal: el autor emplea esta técnica cuando relata de manera directa y siguiendo un orden cronológico tradicional.
2) Técnica epistolar: es aquella donde la narración se presenta por medio de cartas y a través de ellas se describen los sucesos y personajes.
3) Técnica dialogada: es aquella en la cual estructuramos el relato por medio de un diálogo entre los personajes. Esta técnica es derivada del drama.
4) Técnica de diario: se trata de aquella en la que el protagonista cuenta su vida usando la primera persona.
5) Técnica de versiones: es aquella donde una misma historia es narrada desde varios ángulos y criterios diferentes. Es decir, cuando varios personajes dan su punto de vista sobre un mismo suceso o personaje.
6) Contrapunto: es aquel donde dos o más hechos son narrados simultáneamente para compararlos o contraponerlos.
7) Retrospección: es aquella donde el autor o uno de los personajes relata un detalle de hechos pasados con anterioridad al desarrollo de la acción.
8) Relato dentro del relato: son las historias breves que se incluyen dentro del cuerpo de la narración.

LEYES DE LA NARRACIÓN

Fundamentalmente son cuatro: unidad, movimiento, utilidad e interés. La unidad se consigue mediante el enfoque del tema desde un punto de vista, es decir, centrar los hechos y las ideas en una circunstancia determinada. El movimiento parte de la idea de que la narración no es un retrato fijo de los hechos, sino que se mueve, se desarrolla y se transforma. Ese movimiento es regulado por la ley del interés, es decir, por el cuidado de mantener la atención constante del lector. En el esquema de la narración deberán seleccionarse las ideas, conservando las útiles y desechando las inútiles, lo cual constituye la ley de la utilidad.

INTERÉS

Para mantener la atención del lector se requiere un buen inicio. Hay varias formas de empezar bien: con una idea, un hecho, una acción o una escena significativa que enganche la atención del lector. Hay que huir de los hechos blandos y de las explicaciones lentas. No explicar demasiado pues no es conveniente descubrir de golpe, todo sobre algo, porque muere la curiosidad. En cambio es necesario sugerir o explicar a medias los hechos. Por último terminar sin terminar el relato; es decir, evitar los finales definitivos; es más interesante un final vago, impreciso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario