viernes, 26 de junio de 2009

La Exclamación


La expresión de un estado de ánimo, en forma espontánea y elocuente, se puede lograr mediante la exclamación.
Un ejemplo: “A cualquiera no familiarizado con las máquinas censoras, estos resultados prodigiosos le habrían quitado el sueño. Nosotros apenas los considerábamos, y de mala gana corríamos de oficio el traslado al comisario ejecutivo. Chocábamos en ocasiones que noticias de tan mala monta como éstas, causaran escándalo en la prensa, y llegábamos hasta decir en público, sin que nadie nos entendiera, por supuesto: ¡Vaya con lo que se conforman esas gentes! Algunas veces me arrastraba la vanidad de mi oficio, sobre todo en los tranvías, y de súbito deslizaba al vecino, en voz baja, cualquier noticia de las gordas. Los muy imbéciles me miraban de hito en hito y me tomaban por loco. ¡Loco!…” (Martín Luis Guzmán (1887-1976), “Cómo acabó la guerra en 1917”).

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